Desde que me dijeron que iba a escribir esta columna he divagado por millones de temas y finalmente llegué a uno muy interesante y divertido: Las mujeres estamos de moda y los hombres se empeñan en no reconocerlo.

Ahora tenemos que hacer un ejercicio práctico para saber cómo nos pusimos de moda y vamos de menos a más.

Desde niñas nuestras madres nos relatan los típicos cuentos del príncipe azul, el caballo blanco en que nos rescatan y el fin del cuento que dice: y vivieron felices para siempre! Cuando vamos creciendo y al mismo tiempo construyendo nuestras primeras historias amorosas, descubrimos que ese personaje tan nombrado en los cuentos de hadas no ha llegado aún en su caballo blanco a rescatarnos de nuestras carencias, soledades, vacíos, desilusiones, etc., Saben por qué? Porque NO EXISTE, no está ni cerca a lo que nos contaron. Haciendo un paréntesis, tengo que decir que hasta los 20 años, tenemos la secreta esperanza de su existencia y nos aferramos a la idea que tal vez, por esta vez, nos equivocamos en elegir y luego llegará el hombre de nuestras vidas.

En este ir y venir de amores y desamores, descubrimos que el hombre de nuestra vida no existe y es ahí donde nace la verdadera historia de cómo las mujeres estamos de moda y vamos por más!

Afortunadamente me toca viajar de vez en cuando por trabajo o placer y percibo que las mujeres europeas, americanas, sudamericanas, etc, vamos en ascenso en lo que a relaciones sentimentales se trata y en nuestro comportamiento frente al género masculino, que muy a pesar de ellos no pueden parar con este frente de mal tiempo que se les viene. Por qué digo esto? Porque ahora las mujeres decidimos con quién salir, cuándo y dónde. Dejamos de vivir con nuestros padres muy jóvenes, nos perfeccionamos profesionalmente en el extranjero y no estamos pensando en el príncipe azul o el hombre de nuestra vida para tomar decisiones importantes, nuestro foco somos nosotras. Encuentro fantástico eso de atrevernos a tomar la decisión de con quién te acuestas y levantas, con quién compartes tus sueños y aprendimos sin culpa a tomarnos nuestro tiempo, para poder ofrecer lo mejor de nosotras a los otros, que es lo lógico, lo normal, lo adecuado, a pesar que aún hay hombres que no entiende que nosotras, como ellos, necesitamos de nuestros amigos, nuestros lugares, básicamente tener NUESTRA VIDA.

Lo entretenido de los nuevos tiempos, es que a la hora de elegir a nuestro compañero de vida, lo hacemos con la claridad que debe cumplir ciertos requisitos, hemos tomado el toro por las astas y ahora estamos en igualdad de condiciones, claramente sería muy ingenua en decir que no soñamos con casarnos y tener una familia, porque la idea no estar sola, pero sí, miramos 10 años atrás, ellos nos elegían para formar familia (un término bastante machista para mi gusto) y tenían varias opciones, por ejemplo: la mina para salir , ella claramente no era la candidata para matrimonio, la compañera de universidad , que llevaba prioridad, pero que cuando se desarrollaba más que él, las cosas se iban enfriando y finalmente buscaban a la niña de su casa (un definición machista también) con la cual hacían planes desde la vereda de él y con las condiciones que él ponía, nosotros nos sentíamos privilegiadas porque NOS HABIAN ESCOGIDO!

Ahora las cosas han cambiado, el hombre de de nuestra vida es aquél que nos comprende, acompaña en el camino que elegimos y se realiza a nuestro lado, goza con nuestros triunfos y sufre con nuestras derrotas. Y lo más importante se eligen mutuamente. Cada vez hay más de ellos, pero también aún existen, cada vez menos, los que no comprenden por qué las mujeres queremos nuestro pequeño mundo, para poder compartirlo con él. Así que en conclusión podemos decir que de cierta manera   el verdadero Príncipe Azul, que puede llegar en micro, metro o en auto, lo importante es que entienda que estamos en igualdad de condiciones para hacernos felices